La Vega. La extracción de materiales, unido a los daños ocasionados en la cuenca donde nace el río Camú, ha contribuido a reducir su caudal a su paso por este municipio.
La gravedad de la situación genera preocupación entre ambientalistas y sectores de la sociedad civil, quienes reclaman la rápida intervención del Ministerio de Medio Ambiente.
En pleno centro de la ciudad y a la vista de todos, es normal observar como personas llegan en carretas y con animales para extraer arena del río que se convierte en un afluente del Yuna en la provincia Duarte.
El Camú nace en la cordillera central en la loma de La Sal en la reserva de ébano verde, haciendo un recorrido por las llanuras veganas y del Cibao central de 101 kilómetros. Aunque se pensaba que con la construcción el proyecto habitacional el Riito disminuiría la descarga de las aguas negras de la mayoría de viviendas e industrias periféricas, por el desalojo de barrios como San Miguel, los niveles de contaminación siguen siendo muy altos.
Un estudio realizado por organismos ambientalistas establece que el acelerado proceso de degradación y contaminación del río Camú ha provocado la pérdida de más del 80% de su caudal en los últimos años. Desde la cuenca alta media y baja se puede determinar que el grado de contaminación es cada día mayor, y que según la investigación, tiende a ocasionar diferentes enfermedades como las estomacales, de la piel y cólera
Para determinarlo fueron realizados análisis químico del agua.
Con la sequía y esporádicas lluvias en la cordillera central, no solo el Camú se ha visto afectado en su caudal, sino también el Bayacanes que nace en el municipio de Jarabacoa.
Martín Vásquez, un ciudadano vegano preocupado por la degradación de los ríos, cuestiona el papel jugado por el Ministerio de Medio Ambiente y las mismas autoridades municipales para detener a los depredadores.
Dice que en una gestión municipal hasta camioneros ligados al alcalde operaban como grancera.
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